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FUENTE: ACIPRENSA
Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde trabajaban sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, ambos italianos. Meses después de su nacimiento, sus padres decidieron regresar a Italia y establecerse con él en Milán.
Desde muy pequeño, Carlo evidenciaba un cariño especial por Dios y una sensibilidad singular para conocer la fe, a pesar de que sus padres no eran particularmente devotos en ese entonces. Ese amor por el Señor no pararía de crecer y se fortalecería en su adolescencia, cuando a Carlo le diagnosticaron leucemia. En ese momento, lejos de desesperar, Carlo manifestó su voluntad de ofrecer sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”. Ese deseo, que revelaba una profunda madurez espiritual a sus cortos 15 años, era expresión de un corazón que había ido tomando la forma del Corazón de Cristo desde su primera infancia.
A Carlo lo han llamado “ciberapóstol de la Eucaristía”, “apóstol de los millennials” y, recientemente, “apóstol de la Internet”, y hay razones para ello. Carlo fue un promotor de los milagros eucarísticos en el ciberespacio. Diseñó un sitio web con ese fin. Allí escribió cosas tan hermosas como esta: “mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más seremos como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”. Sin duda, palabras que revelan la sana comprensión que tenía de las nuevas tecnologías y su utilidad en la evangelización. Se dice también que gustaba de los videojuegos y que incluso tuvo una consola PlayStation 2, la que por decisión propia usaba solo los domingos por una hora.
Carlo murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue sepultado en Asís, por pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco. Su causa de beatificación se abrió en 2013. Fue declarado “Venerable” en 2018 y desde el pasado 10 de octubre de 2020 se le cuenta entre los beatos.
El milagro que hizo posible la beatificación de Carlo sucedió en Brasil. Gracias a su intercesión, un niño resultó curado de una grave enfermedad. Su nombre es Matheus.
En el documental “Carlo Acutis, el influencer de Dios” narra la vida de este joven italiano a partir de los testimonios de su madre Antonia Salzano, su párroco Gianfranco Poma, el postulador para su causa de beatificación Nicola Gori y el empleado doméstico que trabajó con la familia Acutis, Rajesh.
La madre de Carlo indicó en el video que su hijo desde los tres o cuatro años de edad quería estar en la iglesia, “quería saludar a Jesús crucificado”. Resaltó que Carlo sabía desde pequeño lo que era la caridad. “No se le ocurría tomar dinero y comprarse alguna cosa para él”, sino que lo donaba a obras de ayuda, recordó.
“Carlo se daba cuenta que era importante ayudar a los otros, no ser egoístas ni replegarse”, agregó.
Salzano señaló que su hijo antes de fallecer le aseguró: “Muero feliz porque no he pasado ni siquiera un minuto desperdiciando el tiempo en las cosas que no le gustan a Dios”.
El postulador para su causa de beatificación, Nicola Gori, resaltó que la primera impresión que tuvo del nuevo beato es que era un joven como muchos otros, que “jugaba, iba a un club deportivo, miraba dibujos animados, amaba los animales, gustaban las excursiones, le gustaba salir con sus amigos, estudiaba”.
“Hay una frase muy significativa de Carlo, que dice: “La eucaristía es mi autopista para el cielo”, porque él veía, en este sacramento, la posibilidad y el modo más veloz y seguro de llegar al cielo”, agregó